Hoy, de vuelta del restaurant, vi la nariz roja de Rudolf, el reno alfa, en la noche de Ruidoso. Se la veía en el cielo, muy cerca de las luces que pone la municipalidad para que los aviones no se choquen.
Cuando llegamos a casa, Papá Noel nos había dejado varios regalos. Uno de ellos era el Xbox que sirve para hacer muchas cosas, entre ellas boxear. Acá va la filmación de mi primer round con Oriana. Antes de que la abuela Gorda llegue a sus conclusiones, aclaro que no tenía sueño. Mi frustración se debía a causas meramente deportivas.